Escrito originalmente en inglés por Elodie Reed. Traducción por MarÃa Aguirre.
En las afueras de una casa rodante en el condado de Franklin, grandes gallinas blancas patrullan el patio. Espacios verdes se abren hacia diferentes direcciones. El inmenso cielo se extiende. Allà es donde viven muchos trabajadores de granjas lecheras.
Entre estos, se encuentra Eva. Vamos a utilizar los primeros nombres para proteger la identidad del trabajador y evitar consecuencias laborales o legales.
Eva tiene 30 años, y ha trabajado en la granja por 12 años. Tiene un hija que está en sexto grado, y cuando Eva no está en su turno de 12 horas o alistándose para el dÃa siguiente, se dedica a jugar con su hija.
Elean, de 21 años, ha estado en la granja por alrededor de dos años. Actualmente, él trabaja en el turno vespertino, solo, en la granja.

“Pues, ahorita estoy trabajando de noche � soy de los que arrean las vacas�, dijo él. “El arreador�.
Durante el dÃa, Elean dice que trata de dormir y hace un poco de ejercicio â€� él levanta pesas.
Como muchos agricultores, ni Eva ni Elean tienen mucho tiempo libre, lo cual es una gran barrera para los esfuerzos de vacunación del COVID y para el acceso a la salud en general.
“Hay muchos desafÃos en cuanto el acceso al transporte, acceso a la asistencia de lenguaje, dependiendo si es que estamos trabajando con la población de Jamaica o trabajando con la población Latina de agricultoresâ€�, dijo en inglés, Naomi Wolcott-MacCausland, la coordinadora de la salud de migrantes con la University of Vermont Extension. “En conjunto, está el hecho de que estamos lidiando con un nuevo virus y nuevas vacunas y dudas que vienen con esoâ€�.
A pesar de dichos desafÃos, las alianzas de salud comunitaria en Vermont han vacunado a más de 1,500 agricultores. Wolcott-MacCausland dijo que la tasa de vacunación de las comunidades refleja la alta vacunación del estado, .
Pero, la pandemia se extiende, especialmente debido a la más contagiosa variante delta. Mientras las vacunas son altamente efectivas, el virus continúa esparciéndose.
Con esto, la necesidad de mejorar la atención médica para los agricultores continúa.
Una campaña de la vacuna contra el COVID-19
Para ayudar a inmunizar a los agricultores, Wolcott-MacCausland dijo que la extensión de la UVM juntó fondos para contratar a profesionales bilingües de enfermerÃa y otro tipo de asistencia. Recientemente, para una campaña educacional, tanto en inglés como en español, sobre los beneficios de la vacunación en adultos.
Durante el pasado año, la extensión de UVM coordinó la distribución de la vacuna en 13 de los 14 condados de Vermont, aliada de servicios locales de salud y usando una combinación de clÃnicas en la granja, clÃnicas patrocinadas por el estado, clÃnicas para personas negras e indÃgenas y citas en farmacias. Llegaron a las 900 personas.
“Entonces, eso es una mezcla de agricultores, obreros, propietarios de granja, trabajadores locales�, dijo Wolcott-MacCausland en inglés.
supervisó los esfuerzos en el condado de Addison. Dijeron que más de 600 trabajadores recibieron al menos una dosis de la vacuna allÃ.
Eva y Elean asistieron a las clÃnicas de inmunización en las granjas en la primavera. Elean dice que recibieron ayuda en temas de lenguaje y tecnologÃa para su segunda cita, la cual fue en una farmacia.
Ahora con la variante delta esparciéndose, Wolcott-MacCausland dice que los proveedores de salud para migrantes están retomando la comunicación alrededor de la salud pública, esperando evitar nuevos contagios en las casas de trabajadores de granja. En algunos casos, y algunos adultos comparten un mismo cuarto.
“Una vez que alguien tiene COVID, dentro de, sabes, un alojamiento con un grupo, se convierte en un escenario complicado�, dijo Wolcott-MacCausland en inglés.
Más de 120 trabajadores se han contagiado con COVID-19 desde enero, cuando la extensión de UVM y la Open Door Clinic empezaron a recoger datos. Una persona fue hospitalizada.
Antes de eso, el único otro caso de infecciones de coronavirus se dio el pasado octubre en el Champlain Orchards en Shoreham, .
Manteniéndose seguro en la granjaÂ
Regresando a la granja del condado de Franklin, nadie pareció enfermarse. Igualmente, las personas se han estado cuidando.
El dÃa que Elodie Reed, la reportera de VPR, se reunió con todos, estaban utilizando cubrebocas incluso al aire libre.
Elean dice que limita sus salidas a lo esencial: “Todos a veces salimos a la tienda a comprar comida [y] regresamos�.
Además, Eva dice que no se están viendo con amigos fuera de la granja: “Pues ya no, ya no estamos cerca de más personas�.
La pandemia también ha alterado las rutinas escolares de la hija de Eva, quien ha lidiado con conexión poco confiable a Internet desde casa.
“Pues, antes de la pandemia, cuando nos pegaba gripa, tenÃamos que ir a trabajar, pero hasta ahora no sabemos si ir a trabajar o quedarnosâ€�.Eva, trabajadora de una granja lechera en el condado de Franklin
Ambos trabajadores dijeron que su mayor preocupación ahora es no saber qué hacer en caso de que alguien se enferme.
“Pues, antes de la pandemia, cuando nos pegaba gripa, tenÃamos que ir a trabajar, pero hasta ahora no sabemos si ir a trabajar o quedarnosâ€�, dijo Eva.
Elean dice que serÃa de mucha ayuda tener una conversación con su jefe.
Luego de la visita, Wolcott-MacCausland habló nuevamente con el granjero. Él dijo que planea recordarle a sus trabajadores en una próxima reunión, que tienen una semana con pago por enfermedad cada año,
Bajo ese contexto, la conexión comunitaria es lo que Wolcott-MacCausland cree necesario para cumplir con las necesidades de salud de los agricultores, durante la pandemia y en adelante.
VPR co-reportó esta historia con VTDigger, y produjo la versión en español en alianza con . Puedes leer la versión en inglés,
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